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Anécdotas divertidas sobre el mundo musical

Genio y figura hasta la sepultura
El compositor Emilio Arrieta poseía un sentido del humor a prueba de casi cualquier circunstancia, incluida la proximidad de su propia muerte.
Precisamente el día anterior a que sucediera ésta lo pasó tumbado en la cama, charlando despreocupadamente con varios colegas.
Llegó otro de sus amigos en ese momento y cortésmente le preguntó cómo se encontraba, a lo que Arrieta respondió divertido:
-Pues bastante mal, amigo mío. Tan mal me encuentro que, si al amanecer me comunican que he fallecido, no me extrañaría lo más mínimo.

Un músico poco virtuoso
Una noche el compositor francés Théodore Dubois había prometido asistir a una audición de un pianista aficionado desprovisto de todo virtuosismo, pero provisto de una considerable fortuna.
Dubois llegó cuando el concierto había empezado y no le permitieron entrar en la sala.
-Pueden dejarme pasar, no haré ruido.
Pero el portero, muy serio, contestó:
-Piense, señor, que si abro la puerta querrán irse los que están dentro.

Un trabajo decente
Cuando el prestigioso guitarrista argentino Atahualpa Yupanqui cumplió 70 años, invitó a su madre que por aquel entonces contaba 90, a festejar su cumpleaños en Córdoba, Argentina. Ésta, después de pasar unos días con su hijo y antes de despedirse, le dijo mientras apoyaba su mano en el hombro de Atahualpa:
-Hijo, siempre has hecho lo que has querido, ya es hora de que dejes la guitarrita y te busques un trabajo decent

 

El violín no come.
A la salida de un concierto en Nueva York, una joven pareja se acercó a Jascha Heifetz y le dijo:
-Esta noche ofrecemos una gran cena en nuestra casa ¿Por qué no viene usted y trae su violín?
-Lo siento mi violín no come.

 

Sin canciones apropiadas para prestar
Johannes Brams  tuvo que acceder en cierta ocasión a recibir la visita de una cantante a la que él consideraba bastante mediocre.
La intención de la joven intérprete era que el genial músico le cediera una de sus composiciones para poder adjuntarla en su repertorio.
-En estos momentos ninguna de las que tengo escritas es apropiada para usted, por lo que deberá esperar un poco.
Ante la insistencia de si tendría que esperar mucho tiempo, Brahms contestó:
-No se lo puedo decir, pero las únicas canciones que le prestaría son mis canciones póstumas. Así tendré la seguridad de no oírselas cantar.

 

 

¡Vaya ruido!
Se cuenta que el eminente director de orquesta Sir Thomas Beecham, después de un ensayo con la sección de contrabajos les comentó:
-¡La última vez que oí un ruido semejante, fue cuando mi esposa decidió cambiar los muebles de lugar!

También se dice del mismo director, Sir Thomas Beecham, que un día de ensayo en el que el contrabajo no estaba muy inspirado, se dirigió a él en estos términos:
-Usted tiene entre sus piernas un objeto maravilloso que podía dar placer a mucha gente. sin embargo, se empeña sólo en rascarlo.

 


Compositor de copia y pega
Un joven músico fue a visitar al compositor Charles Camille Saint-Saëns para que éste valorase una de sus composiciones. La obra resultó ser una vulgar copia de “El cisne”, escrita por el mismo Saint-Saëns.
Tras finalizar, el muchacho le preguntó:
-¿Cómo la titularía, maestro?
-La oca – replicó él sin inmutarse.

 

El hijo del alcalde de una ciudad brasileña tenía pretensiones de tenor de ópera y consiguió dar un recital acompañado por la orquesta de cámara local. En medio de su actuación, aparece un murciélago volando sobre el escenario.
El cantante, envalentonado, mira al director de su orquesta y le exclama:
-¡El murciélago o yo! (O morcego o éu)
A lo que todo el público exclama en coro:
¡O morcego, o morcego, o morcego!

 

Teoría sobre el teatro
Se cuenta que cuando Verdi fue preguntado por un periodista sobre si tenía, como Wagner, una teoría sobre el teatro, Verdi respondió: Sí, ¡el teatro tiene que estar lleno!

 

Los tres directores
Kempe, Kubelik y Sawalish eran, además de excelentes directores, grandes pianistas. En una ocasión decidieron tocar juntos el Concierto de Mozart para tres pianos. Desde el primer momento tuvieron muchas dificultades para ponerse de acuerdo en la forma de interpretar el concierto. Las discusiones iban a peor, hasta que el concertino, harto, se pone de pie y grita: ¡Aquí lo que hace falta es un director!

 

Repentino ataque de pánico antes de actuar
Ante su debut en un prestigioso teatro, el joven pianista, de tan solo 20 años, Vladimir Horowitz tuvo un repentino ataque de pánico y se negaba a salir a actuar.
Tras comentar su angustioso estado al gerente del local, éste le dijo que si no pensaba tocar debería salir y dar alguna excusa al público presente.
Horowitz salió a escena, se colocó frente al respetable y se dio cuenta que no podía articular palabra, por lo que prefirió tocar el piano antes que tener que hablar.
Según las críticas fue uno de los mejores conciertos que dio en su vida.


La reencarnación de Toscanini
Toscanini se desesperaba tratando de hacer comprender a una joven soprano, con grandes pechos, el significado de una frase musical. Finalmente cuentan que se acercó a ella, le tocó un pecho y exclamó: ¡Si todo esto fuera cerebro!
También de Toscanini se cuenta que en un borrascoso ensayo, les dijo a sus músicos: ¡Después de morir, me reencarnaré en el portero de un burdel y no dejaré entrar a ninguno de ustedes!

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Alternar con los invitados
Una señora de Chicago le preguntó a Fritz Kreisler cuánto cobraría por ir a tocar a su casa en una fiesta privada que iba a organizarse en fecha próxima.
-Cinco mil dólares
-Pero sepa usted que no puede alternar con los invitados
-En ese caso, señora, sólo serán tres mil.

 

 

Por favor, ¡el tiempo!
Anibal Troilo
, famoso bandoneonista de tangos) tenía un pianista que se desconcentraba con facilidad. Hasta tal punto que un día, Troilo le dijo:
-Por favor, ¡el tiempo!
y el pianista le contesto muy serio: ¡Creo que está por llover, maestro!

 

 

Estudiante de Farmacia
El reconocido músico de tangos, Chupita Stamponi, había recibido la recomendación de un joven violinista para su orquesta. El día de la prueba, la persona que había hecho la recomendación, un verdadero pelmazo, no hacía más que alabar exageradamente al muchacho, que tocaba lo mejor que podía.
- ¡Y además estudia muchísimo! afirmó varias veces el recomendador.
A lo que Chupita replicó:
- ¿Pero qué es lo que estudia? ¿Farmacia?


Aplausos “reales” para Lennon
En 1963, durante un concierto benéfico de The Beatles en el London Palladium y al que acudió la familia Real Británica, John Lennon pidió al público asistente que los acompañaran:
-Los de las localidades más baratas que den palmas, los demás simplemente muevan sus joyas.

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